miércoles, 31 de octubre de 2007

Diálogo entre Ernesto y Belcebú

B: Buenas tardes.

E: Buenas tardes caballero, ¿en qué podría ayudarlo?

B: Eeh… pues a ver yo soy Andrés Felipe Becerra y… lo que quiero es pedirle un favor.

E: Cuénteme, ¿de qué se trata, para saber si le puedo ser útil?

B: Tengo entendido que usted es el dueño de gran parte de ésta playa.

E:No, se equivoca, yo tan solo vivo aquí.

B: Pero… este terreno es suyo, ¿o no?

E:Pues, éste, dónde nos encontramos, sí, pero la playa no tiene dueño, así como el mar que puede observar frente a usted, el cielo y todo lo que puede ver a su alrededor.

B: Mire don Ernesto…

E: Como así, usted por qué sabe que mi nombre es Ernesto.

B: Tranquilo, me lo ha dicho el capitán de la embarcación en la que he llegado.

E: Y… cuénteme, quién lo ha traído hasta acá, acaso fue “Wantifor”

B: Sí, creo que ese es su nombre. Pero como le venía comentando don Ernesto, estoy interesado en comprar su parcela.

E: Pero ¿cómo?, ¿acaso usted ha visto algún anuncio de venta?

B: No, pero mi interés es inmenso y el dinero para mi no es problema.

E: Para mi tampoco es una preocupación, acaso usted creé que el dinero en este lugar sirve para algo, solamente observe a su alrededor, esto es un paraíso, aquí lo está todo.

B: Si yo lo sé, pero también le quiero ser honesto, por mi cabeza están pagando un alto precio, don Ernesto, mi vida está en juego en la ciudad, ¿ahora me hago entender un poco más?

E: Mmm veo, pero acaso usted no se da cuenta que existen otros lugares, de hecho, para una persona como usted, mucho mejor que esta humilde tierra.

B: Sí, sé que existen otros lugares mucho mejor que este, usted tiene toda la razón, pero sólo este cumple mis expectativas, las cuales son; seguridad y buena señal para la comunicación, para mi teléfono celular. Sabe que don Ernesto, piénselo dos días y me da una respuesta, su silencio será muy bien recompensado.

E: Como así que piénselo, usted acaso creé que yo soy de su propiedad, o que usted tiene poder sobre mi… yo no tengo que pensar nada, más bien es usted quien tiene que reconsiderar lo que me viene a proponer.

B: Sabe que don Ernesto, piense que esto sería conveniente para usted y toda su familia, me refiero que su salud y seguridad estarían en juego.

(Minutos después, Belcebú se dirige hacia la orilla de la playa cuando en ese momento recibe una llamada por el teléfono celular donde habla con Ulloa quien le dice como se encuentra vestido y que sabe dónde está. Lo que Belcebú no sabe es que estaba hablando con Hahasiah, quién no quería que éste se entrometiera en la vida de Ernesto y se alejara lo más pronto posible de ese lugar).

3 comentarios:

Sebastian González dijo...

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Carlos dijo...

rap331@hotmail.com

Evelyn dijo...

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